Fabrizio Agozzino contibuye con artículos a ggurdjieff.it y modera la discusión en la página italiana del Cuarto Camino en Facebook. Le pregunté a Fabrizio sobre su experiencia al trabajar con gente interesada en el cuarto camino, y encontré que sus respuestas serían relevantes para todos los lectores:

¿Con cuántas personas interesadas en el cuarto camino te has comunicado en línea en los últimos seis meses?

Hay muchas personas que han mostrado interés en el cuarto camino. Algunos de nuestros artículos en Facebook son leídos por más de 2000 personas en un día. Aproximadamente, diría que menos del 1% de la gente que nos sigue en Facebook deja un comentario en la página y, cuando esto sucede es generalmente para enfatizar algo que no les gusta. Hay felices excepciones de personas que valoran y aprecian nuestros esfuerzos y que lo expresan con “me gusta” o con mensajes cortos. La mayoría de las personas que tienen algo que decir prefieren mandarme un email a mí directamente y estas comunicaciones con frecuencia se desarrollan en conversaciones muy interesantes, más íntimas que un comentario en Facebook. Un proverbio chino dice que un árbol que se cae hace más ruido que un bosque que crece.

¿Cuál fue un obstáculo común que observaste en ellos, que fuera difícil de ver para ellos?

Uno de los mayores obstáculos para aquellos que tienen una sensibilidad espiritual es saber qué creer. En la mayoría de los casos, estas personas han experimentado estados interiores superiores. Estas experiencias profundas, que han cambiado sus vidas, deberían alentarlos a continuar en el camino al despertar, pero a menudo se vuelven obstáculos. Su experiencia superior se corrompe con imaginación y expectativas. Solo pocas personas comprenden plenamente la desesperada situación interna en la que vivimos. Ouspensky decía que el hombre no se da cuenta de que vive en una casa en llamas. Pocos sienten el calor de las llamas, y aún menos toman mecidas para escapar.

¿Qué principio es el más difícil de transmitir a tus lectores, para ti?

La realidad de que hay varios “centros” o “funciones” que hacen todo el trabajo de la máquina humana. Gurdjieff y Ouspensky los dividieron en cinco centros inferiores y dos centros superiores. Los cinco centros inferiores son el centro instintivo, el centro motriz, en centro intelectual, el centro emocional y el centro sexual. Los dos centros superiores son el emocional superior y el intelectual superior.
Internamente, hay al menos dos aspectos del centro emocional y del centro instintivo que son obstáculos perceptibles para el despertar. Podríamos decir que son como dos celosos guardianes protectores de lo que consideran que es su “casa.” Consideran a los centros superiores como un huésped que no es bienvenido, como el gato y el zorro de Pinocho. Estos son el siete de corazones y el nueve de tréboles.
El siete de corazones es probablemente lo más difícil de explicar y comprender. Los ‘yoes’ del siete de corazones parecen muy correctos, muy apropiados para el despertar, tan reales y genuinos, que solo la experiencia y la imparcialidad hacia sí mismo puede observarlos objetivamente.

¿Cuántas personas con quienes has interactuado en Facebook eran diferentes y de qué manera?

Eran diferentes en su gratitud. Aquellos que están agradecidos por lo que reciben tienen la oportunidad de apreciarlo y valorarlo aún más. Por supuesto, la apreciación sin la práctica no vale demasiado, pero puede ser el comienzo de algo real. Sin gratitud y apreciación no hay posibilidad de desarrollo interno.


“Solo la actitud de un hombre hacia el trabajo, hacia la escuela, su valoración del trabajo y su consciencia de la mecánica y la falta de propósito de todo lo demás, puede crear en él un centro de gravedad permanente.” – George Gurdjieff